Ver en http://innovacioneducativa.wordpress.com/2010/10/17/el-simil-de-la-silla-para-entender-que-es-la-innovacion-educativa-y-como-aplicarla/
de el
Es un símil que utilizo mucho en los cursos de formación que impartimos sobre innovación educativa; pero que nunca lo he publicado en el blog, así que para que no sufran únicamente mis alumnos, se lo cuento a ustedes.
El símil de la silla consiste en asociar la innovación educativa a una silla,
ésta tiene una misión: sentarnos (aunque seguro que se nos ocurren
decenas de usos alternativos) y está soportada por cuatro patas. Todas las patas son importantes; no hay una más importante que otra ya que basta con que falte una sola pata para que cuando intentemos sentarnos vayamos directamente a besar el suelo.
La innovación educativa también se sustenta en cuatro patas:
los procesos, el conocimiento, las personas y las tecnologías. Basta
con que falte una sola pata para que la innovación educativa se
estrelle.
Los procesos pueden ser cualquier tipo de metodología formativa o logística.
Las tecnologías. La famosas TIC pueden ser tanto el hardware (ordenador, proyector, pizarra electrónica, ..) como software (plataformas e-learning, blog, wikis,….)
El conocimiento (el gran olvidado) no son sólo los contenidos, sino la información útil para el proceso formativo (contenidos, recursos, web, casos prácticos, proyectos, información general sobre la asignatura, consejos, …..)
Las personas, principalmente son el profesorado y el alumnado; la innovación educativa debe incluir a ambos grupos.
Cuando
queremos hacer una experiencia sobre innovación educativa (aplicarla en
el proceso formativo) lo que hacemos es construir la silla, y aquí sí que es importante saber por qué pata comenzamos a construirla; los resultados pueden variar bastante en función de este proceso de construcción.
Por ejemplo, muchas personas comienzan construyendo la silla por la pata de la tecnología, es normal, ya que es lo más popular y lo que más se asocia a la innovación. Por tanto, un planteamiento común es identificar una tecnología que suene a innovación y utilizarla. Por ejemplo que un blog suena a Universidad 2.0, pues ¡qué caramba! creo un blog y ya estoy en la universidad 2.0. En este caso puede ocurrir que la tecnología (el árbol) no te deje ver el bosque (la innovación educativa)
Otro modelo (yo es el que suelo aplicar) comienza por la pata del proceso; por cualquier proceso, relacionado con el proceso formativo, vemos cómo se puede mejorar y en función del mismo elegimos la tecnología que más se adapta al proceso. Seguidamente comienzo con la pata del conocimiento (¿con qué conocimiento trabaja el proceso?). La siguiente pata son las personas (¿en qué actividades se utiliza el conocimiento?). Finalmente se construye la pata de la tecnología (sencillamente se elige la que más se adapte).
Por cierto, la innovación educativa sería la mejora que se produce en el proceso y que repercute en las personas.
Si
comenzamos a construir la silla por la pata del proceso, cada vez que
aparezca una tecnología mejor, entonces mejoraremos el proceso.
Si
comenzamos por la pata de la tecnología, cada vez que aparezca una
tecnología nueva, tiraremos lo anterior y comenzaremos otra cosa
distinta (ésta es una de las principales barreras para consolidar los procesos de innovación educativa).
La
pena es que siempre estamos construyendo sillas, a ver cuándo podemos
simplemente comprarlas y sentarnos (eso sí, sin caernos).